Viajar a italia con mascotas

En abril del 2021 emigramos con nuestras dos gatitas a Italia desde Buenos Aires, Argentina. A continuación, te vamos a comentar todo lo que necesitas saber si pensás viajar con tu mascota en cabina.

Primero que nada, hay que tener en cuenta el lugar a donde vayamos a viajar. Lo que vamos a detallar ahora fue para viajar a Italia, pero casi toda la unión europea pide los mismos requisitos (se pueden chequear en la página de SENASA). Lo principal es ponerles el chip, seguido de eso la antirrábica (en caso de Italia es pedida). Lo importante es que las vacunas y la desparasitación estén al día a la hora de viajar.

Unos 10 días antes de la fecha de viaje vamos a presentar en SENASA los papeles:
-Solicitud de exportación completa (se pide por mail a SENASA),
-DNI de la persona que viaja con la mascota,
-Certificado de aplicación del microchip ( o página del pasaporte donde figura),
-Certificado de vacunación antirrábica vigente (aplicada después del microchip),
-Certificado de salud de una semana previa al viaje hecho por veterinario (No debe superar los 10 días, si es 7 u 8 días mejor).
Todos estos papeles son para emitir el Certificado Veterinario Internacional (CVI) que hay que presentar el día del viaje en Ezeiza. Ahora por el tema de la pandemia se puede hacer todo esto por medio de mail. El valor del CVI al día de la fecha es $961.

El día del viaje hay que retirar por SENASA Ezeiza el CVI, a nosotros tardaron aproximadamente 40 minutos en entregárnoslo porque habían 6 personas adelante. Tengan en cuenta que según el horario en el que viajen, hay que pagar un permiso de embarque. Luego, si todavía no pagaron el pasaje de avión de la mascota (algunas aerolíneas solo te dejan pagar en el aeropuerto) lo hacen en el momento del check-in.

En cuanto a aerolíneas, infórmense muy bien el tema tamaños para el trasportín y el lugar que tengan en los asientos. En nuestro caso, viajamos por AirFrance y no lo recomendamos porque el tamaño entre asientos era muy pequeño asique viajamos super incómodos.

Siendo sinceros, fue el viaje más estresante de nuestra vida. Primero que viajamos en medio de una pandemia, con un montón de protocolos nuevos. Segundo, y lo más estresante, llevar a las gatas. No están acostumbradas a salir de casa, y de repente las sacamos en un bolso, las llevamos a un lugar desconocido, volando un montón de horas, para llegar a su nuevo hogar que no se siente como hogar. Por suerte, no tuvimos ningún inconveniente en el avión, más que algún comentario de alguna persona, medio en chiste medio no, quejándose de que la gata lloraba. A pesar de todo, las gatas se portaron super bien. Que lloren un poco es entendible. 

Un mes después de haber viajado, puedo decir que ya están instaladas en su nuevo hogar y son felices. Todo el estrés valió la pena.